Los recuerdos pueden ser el abrazo más cálido y la puñalada más fría. A veces recordamos algo que nos hizo reír, así como algo que no nos deja siquiera levantarnos de la cama y nos obliga a usar un disfraz para salir a la calle, pero cuando eso ocurre solo recordemos que cada día es diferente, cada día es una vida con 24 horas de duración a la cual podemos sacarle el máximo provecho. Pero todo depende de nosotros. Podemos ir por una carretera a la máxima velocidad de un vehículo y luego podemos arroparnos en una ventana a ver la lluvia caer, podemos ir a una importante reunión a lucirnos con un discurso que tiene días preparado en nuestra cabeza o podemos pasar por un parque a ver a los niños jugar y reír y apreciar la naturaleza que nos rodea. Cada vida tienes sus días y cada día sus horas, y en una hora todo puede cambiar.

Hoy me siento extraño.


  • Hoy quien era mi amor imposible dejo de serlo, y no porque se convirtiera en posible sino porque dejo de ser mi amor.
  • Hoy le veo y no veo a alguien por quien respirar, sino solamente a una persona más, un rostro que probablemente olvidare.
  • Hoy no se qué hacer, ya que, al parecer dejarlo ir me ha dejado en un lugar sin dirección.
  • Hoy se que debo dar un salto de fe, pero por el momento no lo puedo hacer. No tengo norte o sur, ni siquiera tengo suelo.
  • Hoy todo, no solo esa persona, ha cambiado de semblante. Nada parece igual.
  • Hoy quiero cantar riendo y escribir llorando.
  • Hoy me parece que lo haga es una mejoría.
  • Hoy se que debo salir adelante, pero no encuentro el impulso que necesito.
  • Hoy estoy muy confundido.

  • Hoy me siento diferente.