No se me ocurría la mejor manera de explicar a quienes me leen por aquí por qué había parado de escribir la historia de los gemelos. Eso hasta que me di cuenta que nunca dejé de escribir, sólo que no su historia.


Estoy ayudando a escribir un mejor capítulo en la historia de mi país



Jared estaba acostado, viendo al techo con las manos detrás de su cabeza. Alex dormía acurrucado a su lado con su brazo asegurando su cintura, como si inconscientemente le prohibiera volver a irse de su lado. Eso no iba a pasar. Lo miró y sonrió, él estaba agotado. Escapar de la casa sin que nadie lo viera luego de darse cuenta que había pasado un mes desde su misión fue una hazaña, pero era lo que Alex merecía. Si alguien debía verlo de pie por primera vez era él, su familia podía esperar, ya tendrían tiempo suficiente para verlo, admirarlo o lo que quisieran.

Jared miró por la ventana, la luna estaba escondida esa noche, como sus recuerdos. Desde que se despertó había tratado de recordar todo lo que había ocurrido, cómo había terminado en la casa cuando lo último que recordaba era haber tomado lo que estaba en el frasco del demonio rastrero. No lograba recordar nada, en ese espacio mental sólo había un gran vacío que en las horas que llevaba despierto amenazaba con volverlo loco. Alex se acomodó subiendo su brazo de la cintura al pecho y apretándolo. Jared sonrió y dejó de pensar en trivialidades cuando tenía lo más importante a su lado. Se colocó de lado, pasó su brazo por el torso de Alex y recostó su frente con la de él. Había dormido por demasiado tiempo pero por Alex podía estar cansado unas cuantas horas.


Jarek estaba sentado en la misma silla donde había esperado a que su hermano despertara, tenía la mirada fija en la cama en un intento de acallar las voces de aquellos que lo acompañaban en la habitación. Había un equipo de rastreadores siendo coordinados por su abuelo, sus padres discutían en silencio en una esquina junto a Pandora mientras que Desirée observaba todo en analítico silencio desde la entrada. De todos ellos Desirée era la que podía ser de más ayuda, y aun así no lograría encontrar a Jared. Su hermano era hábil es demasiadas cosas, pero no tantas como en desaparecer. Hasta donde él sabía, Jared podía estar aterrizando en cualquier país del mundo con una nueva identidad y nadie jamás lo sabría, pero sabía que ese no era el caso. Jared jamás le haría eso. Si se tuvo que ir tendría sus razones pero sabía que tenía que volver a él, a su familia, a su hogar.

-Muy bien. Suficiente. Ustedes- señaló a los rastreadores –Fuera de aquí, su inutilidad no es necesaria- Jarek se levantó y se les quedó viendo hasta que se fueron. Desirée sonrió y cerró la puerta. –Todos sabemos que la espera es la mejor opción aquí. Bajemos a desayunar y esperar a que llame o regrese- Sus padres se veían horrorizados y su abuelo lleno de ira. Sus hermanas se miraban la una a la otra y luego a él, ella sí entendían.

-Tú hermano está desaparecido…- Jarek le hizo una seña a su mamá para que se callara.

-Jared se fue de aquí por sus propios medios. Es la única manera que hubiese desaparecido sin rastro. Tómense un momento para razones y verán que tengo razón. No fue atacado o secuestrado, él se fue. De todos en esta casa yo soy el que tiene más probabilidades de encontrarlo, y dudo que pueda hacerlo. Lo mejor es esperar

Su abuelo tomó la lámpara de la mesa de noche de Jared y la arrojó a la pared. Antes de que comenzara a gritar el teléfono de Jarek sonó. Sin dejar de sostener la mirada de su abuelo, Jarek atendió.
-Te voy a matar- su hermano rio al otro lado.
-Está bien, esperare a que estés solo- le dijo. La ventaja de tener una conexión como la que ellos tenían era que podían leerse por cosas tan simples como lo que decían o el tono de voz que utilizaban.

Jarek salió del cuarto bajo la mirada de todos y cuando se aseguró que no lo seguían o que alguien más estaba escuchando, le habló a su hermano.

-¡Maldita sea, Jared! Dime una razón lo suficientemente buena para el susto que me diste- esta vez no hubieron risas.

-Necesitaba descansar, hermano- Jarek comenzó a respirar de manera sonora.

-Sabes a lo que me refiero, Jarek

-Mira, cualquiera que sea su nombre ¿No pudiste esperar un día siquiera para ir a verla? Somos tu familia, Jared- Jared estaba sentado en la cama de Alex con la espalda contra la ventana. La asunción de su hermano le provocó una sensación incomoda en el pecho.

-No se trata de eso, Jarek- Alex le dio una sonrisa desde la cocina que el trato de corresponder pero no pudo. Quería gritárselo a su hermano y que él lo regara por toda la familia y el clan. Soy gay, Jarek. No es ella, es él. Es Alex, y lo amo pero las palabras se quedaban atascadas en el puño de hierro que tenía en la garganta –Mi mente está en blanco, hermano. Desde que nos despedimos no sé qué ocurrió. No tienes idea lo mucho que sonreí cuando vi tus cosas al lado de mi cama. Tienes que llenar ese espacio por mi antes de que los hurgadores me pongan las manos encima- Jarek entonces se dio cuenta que su hermano tomó la mejor decisión al irse de la casa. Tenía la imagen de Jared con ojos negros presente cuando respondió.

-Supongo que tienes razón- Jared se extrañó. Normalmente tomaba unos diez minutos de discusión antes de que su hermano hiciera ese tipo de afirmaciones. Eso y su tono de voz. -¿Dónde estás? Iré por ti y hablaremos en el camino de regreso

-No Jarek, aún no. Yo te llamaré cuando lo necesite

-Pero…

-Cuídate, hermano- Jared colgó y en segundos desarmó su teléfono para extraer cualquier cosa que le dijera a Jarek donde estaba. Si iba a hacer las cosas bien, entonces sería a su manera.

Jarek apretó su teléfono con fuerza para no lanzarlo contra la pared o el suelo. Ese discurso que le había dado a su familia de esperar era para ellos. Su verdad era que cada instante que no veía a Jared sano y salvo con sus propios ojos era un momento de ira y frustración.


Alex dejó lo que estaba haciendo en la cocina y se acercó a la cama. Jared estaba viendo con demasiada atención sus sabanas.
-Oye- le dijo cuando llegó a él. Jared alzó la cabeza y él se acercó a besarlo, luego de unos segundos se separaron y él apoyó su frente en la de Jared. -¿Todo bien?- Jared asintió.

-Es mi hermano, preocupado por mí- Jared le sonrió y tomó la cara de Alex en sus manos –Te amo- le dijo. Sentía que no lo había dicho lo suficiente, que lo dijera millones de veces no lo sería.

-Debiste pasar cosas muy difíciles ¿no?- eso confundió a Jared.

-¿Por qué lo dices?- Alex se sentó en la cama.

-Es la octava vez que dices que me amas y aún no es mediodía. Normalmente me lo demuestras, no me lo repites sin cesar. No me estoy quejando, no tienes idea lo feliz que me hace escucharte decirlo. Pero si eso es un síntoma de lo que te haya pasado, preferiría que te desahogaras a que te guardes algo que puede estarte lastimando. Por muy bonito que suene- Jared se sorprendió de las habilidades de observación de su novio.

-Deberías ser cazador

-¡Jared!- reclamó Alex –No estoy bromeando- Jared suspiró. Usualmente le contaba a Alex todo al regresar de sus misiones pero esta vez se sentía diferente, así que se decidió por lo más cercano a la verdad.

-Por primera vez estuve seguro que iba a morir, Alex. Y tú eras todo en lo que podía pensar. Supongo que en caso de que vuelva a ocurrir, no quiero que quede duda. Te amo- Alex se mordió la lengua y sonrió. Jared se guardaba algo, podía presentirlo, pero dejó el tema. Ya él se lo diría cuando se sintiera cómodo. Se levantó de la cama y empujó a Jared cuando trato de hacer lo mismo.

-Te vas a quedar allí mientras yo bajó a buscar unas cosas para terminar el almuerzo- Jared trató de decir algo pero Alex le tapó la boca con la mano –Ya dije- Jared puso su mano en el pecho de Alex y comenzó a bajar. Cuando llegó a la ropa interior alzó las cejas repetidas veces. Alex soltó una carcajada y se alejó –Buen intento- Jared hizo un puchero y Alex se dio media vuelta para salir. Jared seguía sonriendo cuando Alex salió del apartamento.


-¡Jared despierta! ¡Despierta! ¡Estás sangrando!

Jared se levantó de la cama abruptamente ¿Cuándo se había quedado dormido?

-Tu nariz- le dijo Alex. Jared se tocó la nariz y la sintió húmeda. Cuando se vio, la tenía manchada de sangre. Jared se fue al baño a lavarse con Alex detrás

-¿Estás bien?- le preguntó Alex cuando terminó de lavarse. Jared asintió. Alex depositó un beso en el hombro. –Debiste seguir descansando, no limpiar mi casa- Jared lo miró confundido.

-¿Yo qué?- Alex le sonrió

-No te hagas el tonto- Alex salió del baño para darle visibilidad a Jared. Era cierto, todo estaba en orden, no había rastros del caos con el que se había encontrado la noche anterior. Jared no quería preocupar a Alex así que se dio la vuelta con una sonrisa.

-Sorpresa- Alex le sonrió y se acercó a darle un beso

-Voy a terminar de cocinar. Acuéstate ¿sí?- Jared asintió pero se metió de nuevo al baño, cerró la puerta y se miró en el espejo

¿Qué estaba pasando?