Demonios Internos V
Familia


A pesar de todas las cosas que pesaban dentro de ellos, Jared y Jarek mantenían la mente totalmente despejada mientras se preparaban. Nunca dejaban que algo los distrajera en una cacería, esa podía ser la diferencia entre la vida y la muerte, y ambos tenían razones para regresar vivos. Escucharon la puerta abrirse pero no le prestaron atención, conocían las pisadas de quien acababa de entrar.

-Tanto filo como pueden cargar encima, automáticas, seguramente cargadas con balas de madera, y están haciendo eso de cargar diferentes armas para hacer esas piruetas que tanto les gusta. Diré que están yendo contra un demonio, que no saben muy bien cómo atacar y que probablemente trataran de lucirse… en la misión menos indicada para ello

-Piérdete Desirée- respondieron ambos al unisonó. Su hermana mayor era un dolor de cabeza, y con el tema de que ellos habían recibido el llamado y ella no, se había puesto peor. Desirée era una hermosa, talentosa y mortal cazadora con poderes de sacerdotisa. No era la única de su tipo, pero esa combinación era muy rara. Un cazador común no era capaz de soportar el sacerdocio, pero no había nada común en Desirée. Pertenecía al quinto nivel y todos los niveles inferiores la admiraban, entre ellos susurraban que la herencia de Roden Ross y su sangre no podía ser más pura de lo que corría por las venas de Desirée. Debido a eso su hermana se tomó a pecho ser la cazadora modelo y siempre guiarse por las normas del clan, y esa era la razón por la que su relación era tan tormentosa. Los gemelos se llevaban tan bien con su hermana como lo hacían con las reglas.

-¿Están totalmente seguros que pueden hacerlo? Porque deberían decirlo, fracasar en algo como esta sólo traería una mancha a nuestro apellido

-Creíamos que nuestra mera existencia era una mancha en nuestro apellido- dijo Jared

-No seas dramático, Jared. Sólo los estoy invitando a pensar en algo más que ustedes mismos- Jarek enfundó la última de sus armas y se unió a la conversación.

-A ver, si nosotros falláramos eso hablaría mal de nuestro entrenamiento como cazadores, y fuiste tú quien personalmente nos entrenó. Entonces ¿Quién estaría poniendo manchas en el apellido? ¿Nosotros o tú?- Una vena se hizo visible en la frente de Desirée, una sonrisa en los labios de los gemelos –Deberíamos avisarle a Pandora, Jared. Nuestra hermana menor merece la oportunidad de decidir si el entrenamiento al que está sometida es el que la llevara a alzar el nombre Ross hasta la estratosfera para llenarlo de tanta gloria que no sabrá qué hacer con ella- Desirée les dio una mirada fría a ambos. Se destacaba por ser una buena estratega y sabía que no podía salir vencedora contra los gemelos, no contra ambos al mismo tiempo al menos. Salió del cuarto azotando la puerta tras ella. Los gemelos disfrutarían eso tanto como pudieran. Desirée seguro se los haría pagar, pero valdría la pena.

A la salida de Desirée alguien más entró al cuarto. Jared se volteó a decir algo pero se quedó en silencio e hizo una reverencia.

-Alto sacerdote Maximilian- Saludó Jared

-Hola Max- saludó Jarek. Su hermano se volteó y le dio una mirada de reproche.

-Se te van a salir los ojos, cálmate- Maximilian soltó una carcajada y cerró la puerta tras él.

-Está bien, Jared. Me he acostumbrado a las peculiaridades de tu hermano menor

-Por dos minutos- aclaró Jarek.

-Y aún así sigues siendo menor que yo- Jarek bufó. Maximilian rió de nuevo pero esta vez se aclaró la garganta.

-No es mi intención interrumpirlos, sé que están preparándose para su…misión. Sólo quería dejarle algo a Jarek

-Sí, claro, pero la despedida no es sino hasta dentro de un par de horas- Jarek soltó una carcajada.

-Sinceramente, Jared, no sé cómo no terminaste con todos esos retardados de los sacerdotes. Max está hablando de algo que no puede darme frente a todo el mundo- Jarek se acercó a Maximilian, inclinó su cabeza y estiró sus manos con las palmas abiertas. – ¿Ves por qué me avergüenzas cada vez que aclaras que soy menor que él?- Maximilian rió y cubrió las palmas de Jarek con las suyas.

-Y aún así es la total verdad, amigo mío- Jared atestiguó todo sin la mínima idea de lo que estaba pasando. Su hermano separó sus manos de las del alto sacerdote de una manera brusca y vociferando obscenidades. A Jared le sorprendía la ligereza con que su hermano y Maximilian se tomaban las cosas estando juntos, era una muy rara amistad comenzando por la edad entre ambos y terminando con sus rangos dentro del clan. Cómo dos personas tan distintas eran tan amigos era una de las cosas que Jared atribuía a los misterios de la vida.

Jarek se miró las manos y luego, con incredulidad, a su amigo.

-Max…esto es…

-Para uso de total emergencia. Ahora me retiro. Jarek. Jared- Maximilian juntó sus manos e inclinó su cabeza. Jarek y Jared lo imitaron en respuesta. En lo que el sacerdote salió, Jared se acercó a su hermano que seguía viéndose las manos. Al percatarse que se acercaba volteó sus palmas.

-¿Qué es eso?

-Nada de lo que debas preocuparte, hermano. Terminemos aquí- No era la primera vez que Maximilian le daba ese tipo de regalos, sin embargo esta vez había sido algo muy distinto y eso lo confundía ¿Estaba Maximilian dándole algún tipo de mensaje? ¿O sólo estaba asegurándose que tuviese lo mejor para su misión? Jarek estaba indeciso si averiguarlo o no.


Todos los miembros del clan Ross que no estaban de servicio, y algunos que se lo saltaron, estaban allí para despedir a los que se iban con la hermandad. Era un evento que podía ir de dos maneras. Regresarían como parte de ese exclusivo grupo de cazadores o no regresarían en lo absoluto y sería la última vez que los verían con vida. Los gemelos hubiesen salido por la puerta trasera de no ser por su familia que también estaba entre los que los iban a despedir. Su madre los abrazó con fuerza, su padre les recordó lo orgulloso que estaba de ambos, Desirée fue tan política como lo esperaban y Pandora se lanzó a abrazarlos aún más fuerte que su madre con lágrimas en los ojos. Karena tuvo menos autocontrol y se aferró al cuello de Jarek para un beso muy largo e incomodo, para Jared un abrazo breve.
Lo mejor para los gemelos vino de parte de su abuelo, sentado en su silla de rueda se acercó a ellos con un paquete negro en las piernas. Jared se inclinó a recibirlo pero su abuelo lo golpeó en la mano, Jarek fue el único que no contuvo su carcajada. Su abuelo se levantó y deshizo el paquete que resultó ser dos sobretodos de cuero perfectamente doblados. Cuando Roden se levantó de su silla y deshizo el primero, casi todos los presentes aguantaron la respiración por la sorpresa, los gemelos también. Lo que su abuelo les estaba dando era un regalo simbólico que significaba mucho no sólo para su familia sino para casi todos los cazadores que existían. Dos sobretodos negros con una serpiente en uno y un tigre en el otro, bordados en la parte trasera. Eran propiedad de Roden y su compañero cazador, Marcos. No había foto o historia dentro de esas paredes que no incluyera esos sobretodos.

-Mi amigo y yo fuimos encomendados con una pesada carga, proteger a las personas de todo lo aquellos que acecha y trate de dañarlos. En lugar de tomar esa carga y dejar que nos consumiera, él y yo tuvimos un sueño: Crear una familia para que nos ayudase con tan pesada carga. Les estoy entregando a mis nietos las prendas que él y yo usamos durante la creación de nuestro sueño. Jared, Jarek, que les sirva de recordatorio: No importa qué pase, no importa lo pesado de la carga o lo incierto que sea todo, su familia siempre estará con ustedes, para ustedes- Ambos gemelos sonrieron y bajaron la cabeza en señal de agradecimiento a su abuelo. Una muestra de afecto más allá de eso y se adentraban en territorio desconocido.


Mientras dejaban la ciudad atrás, los gemelos pensaban en distintas cosas. Jarek en el presente de Maximilian y Jared en Alexander, lo injusto que era para ambos que él no hubiese estado despidiéndolo, compartiendo la preocupación con su familia de si iba a regresar o no. Las palabras de su abuelo lo hacían sonreír. Eran bonitas y tenían buena intención pero la verdad era otra. Decirle a su familia que estaba trabajando de mercenario para demonios no era tan malo en comparación a decirles que era gay.


El grito lo sacó de su línea de pensamiento y lo siguiente que supo es que el auto estaba dando vueltas y que su hermano gritaba de dolor.

One Response so far.

  1. Ay, estuvo muy buena. Me gustó. :D